dimarts, 29 de gener del 2013

Mitigo

Te abrazo.
Te abrazo fuerte.
Te estrujo entre mis brazos,
entre mis dedos,
entre mis piernas,
entre mis cabellos.

Te abrazo.
Te abrazo hasta que me duelen las extremidades.
Te abrazo porque quiero que estés aquí,
pegado junto a mi pecho,
compartiendo latidos,
e intentando que el pumpum,
el maldito pumpum
sea tan sólo uno.
El nuestro.


Te abrazo.
Te abrazo más y más y más y más
y nos ponemos rojos,
morados,
azules de tanta fuerza,
de tanta pasión.

Pero no es suficiente.

Por mucho que te abrace fuertefuerte
tú sigues allí,
afuera,
despegado de mí.
Por mucho que me empeñe en untarnos con pegamento
o juntarnos tanto que salgan morados de nuestra piel,
nuestros cuerpos se convierten en la barrera física de nuestro amor.
Y yo te quiero conmigo.
Con-migo.
Con-tigo.
Mitigo.

Por eso
tengo este cuchillo entre mis delicadas manos.
Un cuchillo precioso,
frío
y pequeño
que tiene grabadas tus iniciales.
Un cuchillo
impresionantemente bello
que he puesto sobre tu piel,
tu preciosa piel,
y he clavado con cuidado,
muy pero que muy despacio,
hasta que la sangre ha empezado a brotar de tu cuerpo.

Entonces,
cuando tu pecho estaba ya abierto,
abierto a mí,
has cogido ese cuchillo
lleno de tu rojo
y lo has posado sobre mi ombligo.
Me has hecho cosquillas.
Muchas cosquillas.

Ahora,
una vez así,
yo abierta
y tú abierto,
hemos juntado nuestros cuerpos,
despacio,
hemos fundido tu sangre con mi sangre,
hemos unido tu corazón con el mío
y hemos conseguido que el ensordecedor pumpum fuera,
por fin,
el de uno solo.






1 comentari: