dilluns, 17 de setembre del 2012

La noria

¿Sabes cuándo estás en una noria y, tras vueltas y vueltas, estás mareada y a punto de vomitar? Pues así, exactamente así es como estoy yo ahora. Pero el mareo me está gustando. Hacía tiempo que estaba caminando recta, ¿sabes? como en una línea pintada en el suelo con una tiza imborrable. Iba recta. Sin moverme ni un milímetro. Recta, por el camino marcado. Pero, ¿marcado por quién, a ver, por quién? Porque yo no recuerdo haberlo marcado. No, no lo recuerdo. Y mi paso era cada vez más erguido, cada vez más firme, comodesoldado, y en dirección a una meta, una meta que ahora veo que no era ni meta, ni llegada, ni salida ni nadadenada. Era, simplemente un vueltaamepezar.

Y ahora, ahora estoy aquí, fuera de mi línea blanca, subida sobre la noria que da vueltas y más vueltas y más vueltas. Y me gusta. Me gusta porque hay días en los que siento que puedo tocar el cielo, aunque después no lo toque, ¿qué más da? siento que puedo y eso es más que suficiente. Hay días en los que el cielo huele bien, en los que el sol calienta mis pestañas y mi nózaroc está suave, limpio, bello y lleno de agua. Lo malo de las norias es que suben y vuelven a bajar y vuelven a subir y vuelven a bajar. Lo hace con un ritmo tranquilo, la bajada no es en picado y mis nervios no se disparan, pero hay bajadas y hay días en los que me acerco a la tierra y reconozco mi línea aún marcada en el suelo que me llama, que me reclama y me grita. Y me cuesta ignorarla, me cuesta y quiero acercarme pero, entonces, vuelvo a subir y me río, y me miras, y me besas, y me haces gritar, reír, llorar de placer.

Pero vuelvo a bajar. Vuelvo a bajar y sigo viendo la línea blanca allí. Quieta. Inmóvil. Y la meta que no es meta pero que parece meta vuelve a aparecer bajo la neblina. Y entonces pienso, ¿voy o me quedo? ¿Voy o me quedo? Pero vuelvo a subir y la noria vuelve a tirarme al cielo, a las nubes, a las estrellas y la meta se desdibuja y yo ya no sé qué hacer para bajar de esta noria que me gusta y me disgusta y me hace reír y me hace llorar y me da placer y me mata de dolor.