tag:blogger.com,1999:blog-78878075619959887392024-03-13T05:14:21.321-07:00palabrasdenadaaileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.comBlogger97125tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-6544601794041906282016-01-24T11:10:00.003-08:002016-01-24T11:11:04.886-08:00100<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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Y sin quererlo ni beberlo, de repente, he llegado a 100 entradas. 100 veces que me he conectado a esta página para dejar un trocito de mí, dejarme llevar por mis aires interiores y sacar todo lo que tengo ahí almacenado, huela bien, apeste o sea un viento huracanado, me da igual. Siempre he dado vía libre a mis pensamientos en este blog y, hoy, he llegado al número 100, menudo número, redondo, imponente y muy vigoroso. 100. Pero ¿qué más da? </div>
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Hoy he entrado a este blog, mi blog de siempre, para volver a retomar la vieja costumbre de escribir sin ningún objetivo concreto, escribir y vaciarme, escribir de forma intrépida, salvaje, natural. No quiero escribir un artículo, escribir una crítica, escribir un cuento o escribir una pieza de teatro. No. Quiero escribir, escribirme, darme este pedacito de tiempo solo para mí y volver a recuperar algo que desde siempre había hecho y que ahora cada vez hago menos. </div>
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Qué pena esto de crecer, la verdad. A mí nadie me engaña, Peter Pan tenía razón. No quiero que mis alas se marchiten ni se pudran por culpa del humo de la ciudad. Quiero que brillen siempre como lo hacían antes, que tengan plumas y estén frondosas y perfectas para alzar el vuelo siempre que me apetezca. Y había dejado que la ciudad me mordiera los pies, que el tictac me mordiera los ojos. Y ya basta, ¿no?, ya basta. </div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-fLc_S0wFejU/VqUhpvgP2oI/AAAAAAAACXo/rd3amonLcuo/s1600/chica%2Bmar%2B2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-fLc_S0wFejU/VqUhpvgP2oI/AAAAAAAACXo/rd3amonLcuo/s320/chica%2Bmar%2B2.jpg" width="213" /></a></div>
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Escribir porque sí, escribir para hablar conmigo, para darme tiempo a mí misma de pensar, darme un respiro, dejar de siempre hacer, hacer y hacer y dejar de hacer para dejarme llevar. Recuperar esa preciosa manía adolescente de querer dejarlo todo por escrito, de querer dejar constancia de esas palabras que te han herido, de esa mirada que te ha gustado, de ese examen que te ha salido bien. De esas pequeñeces que no son tan pequeñas, de esas cosas que son y siguen siendo importantes pero que con el paso de los años acallamos por ser tontas, niñerías o cosas sin importancia. Sin importancia para quién, a ver. Porque yo sigo llorando cuando alguien me hace daño, sigo emocionándome cuando alguien me dice que me quiere y sigo preocupada porque las cosas me salgan bien. Entonces, ¿cuál es el cambio?</div>
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Por eso, precisamente por eso, quiero dar marcha atrás en el tiempo. Desaprender lo que he aprendido mal, volver a dejarme sentir como cuando era adolescente y me temblaban los ojos al ver al chico que me gustaba, volver a escribir, escribir sin motivo pero escribir, escribirlo todo, escribir sobre una hormiga, escribir sobre el mar, escribir sobre el insomnio, escribir sobre la nada. </div>
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Porque el nombre de este blog era para esto, para escribir palabras de nada y, con el tiempo, creí que eso era perder el tiempo y empecé a escribir palabras de todo. Me equivoqué. Así que vuelvo con mi impulso, con mi intención de cuando ni siquiera tenía 20 años dándome cabezazos contra la pared al darme cuenta de que ella tenía razón. </div>
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Palabras de nada, eso es y ha sido siempre.</div>
Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-57518934689598076262015-06-01T09:06:00.002-07:002015-06-01T09:07:53.378-07:00Fumando espero<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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Yo solo quiero mirarme al espejo cada día y ver que una sonrisa está sobre mis labios. Solo eso. No pido casas en las nubes, no pido confetis detrás de mis pasos, no pido estrellas en mis manos, no. Solo pido una sonrisa en mis labios cada día en mi reflejo. ¿Es tan difícil? No. Ni un poco. De hecho creo que es más difícil estar mal que estar bien. Pero si siempre me rodeo de nubes grises, de tormentas y de vientos huracanados entonces, ¿qué espero? El sol se esconderá para protegerse y al final, mi mundo, estará teñido de tonos grises-azules-negros-blancos. Una mezcla de colores opuestos que llegan a marear. Y el mareo lleva al vómito. Y el vómito al vacío. Y el vacío al renacer, como el Ave Fénix. </div>
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Y yo me siento en medio de este tornado en el que solo busco encontrarme, encontrarme con un espejo, encontrarme con mi reflejo y verla a ella, a mi sonrisa, con sus dientes blancos y su tranquilidad en las mejillas. Solo eso. Pero cada vez me cuesta más encontrarla porque la intensidad de la lluvia se hace más y más fuerte y cuando llueve tanto, las calles se quedan húmedas durante días, demasiados días. Por mucho que venga la calma, el rastro del agua sigue allí, la sombra está permanente en ese cemento de la ciudad. </div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-MsY6GK61MCk/VWyDAvsgTKI/AAAAAAAACQ8/8AZOYjQe99w/s1600/volar%2Bbosque.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://1.bp.blogspot.com/-MsY6GK61MCk/VWyDAvsgTKI/AAAAAAAACQ8/8AZOYjQe99w/s320/volar%2Bbosque.jpg" width="224" /></a></div>
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¿Y qué puedo hacer yo? ¿Intentar calmar los vientos huracanados? ¿Intentar refugiarme debajo de cualquier toldo? ¿Intentar fingir una sonrisa en mi boca, aunque sea de plástico, aunque sea monstruosa? ¿O intentar irme corriendo a buscar un lugar en el que no llueva tanto, un lugar en el que el suelo esté seco, el sol en el cielo y mis pies preparados para saltar? No lo sé, tanto gris me está nublando el pensamiento. Solo sé que ahora me encuentro debajo de un toldo, fumando un asqueroso cigarro y esperando a que salga el sol para que me diga el camino a escoger.</div>
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Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-12359655602885150162015-05-04T12:37:00.001-07:002015-05-04T13:20:33.860-07:00Eterno retorno<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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El gusano que hacía tiempo que se había ido, ha vuelto a mí. Es curioso. Hace unos días me dio por releerme algunos cuentos que hace años que escribo, algunas frases, algunas imágenes y, por mucho que pasen los años, me reencuentro en todos ellos y me reconozco. Aquella chica que escribía aquello es la misma que está aquí ahora conmigo. </div>
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¿Qué es lo que pasa, entonces? ¿El tiempo ahora ya no corre? ¿Van pasando los minutos pero es como si en mí todo estuviera estático, inmóvil? Entiendo que ahora ya no voy a cambiar tanto como antes, que ni siquiera me reconocía, pero ¿qué pasa ahora: ya no hay más misterio en mí misma? Me da la sensación de que cuando me lea en unos veinte años seguiré siendo la misma. Sé que habrán cosas en mí que habrán cambiado (mejor dicho: me habrán ensuciado y me habrán vuelto más fea, más vieja y con la cara más triste, aunque espero que no mucho) pero aunque hayan esos cambios sé que hay un tronco, hay algo duro y fuerte que recorre desde las puntas de mis dedos, me suben por la columna y me llegan a la cabeza. No sé si me gusta me disgusta lo que sé es que no lo entiendo. No lo entiendo porque si miro hacia atrás y busco a la niña que fui, a esa no la reconozco. En cambio si miro hacia pocos años atrás y me encuentro con la chica que era veo que es la misma. ¿Me he estancado? ¿Me he quedado con los pies de barro? ¿O es que la vida deja ahora de ser algo creciente y comienza a estancarse? </div>
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-bgXOKMD5aa8/VUfJvveVsVI/AAAAAAAACPk/YmGfHzdF9tM/s1600/corazon.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="284" src="http://3.bp.blogspot.com/-bgXOKMD5aa8/VUfJvveVsVI/AAAAAAAACPk/YmGfHzdF9tM/s320/corazon.jpg" width="320" /></a></div>
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No lo sé. Pero sí que veo que hay cosas que se repiten en mi vida como si me encontrara en un círculo mareante que lo único que me hace es dar vueltas y más vueltas en los mismos ambientes. Los escenarios de mis paseos son distintos, las personas son distintas, los olores, los colores y la luz es distinta pero el ambiente, la esencia de ese círculo es asquerosamente el mismo. Entonces me releo y veo que las mismas metáforas que antes usaba para explicarme congenian estupendamente con mi situación de ahora. Y es cuando me quiero cagar en todo porque veo que no avanzo, porque veo que estoy estancada, de pie dando vueltas y muy mareada. </div>
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Y lo que ha vuelto ha sido el gusano. Antes me había aparecido por otras cuestiones, por otros rostros y otras emociones. Pero tengo el mismo sentimiento dentro de mi cuerpo y es eso: tengo un gusano. Un gusano que se mueve de arriba abajo, que me retuerce las tripas y se pone en la garganta bloqueando el aire para impedirme respirar. Y ese gusano hace tiempo que creía haber hecho desaparecer pero "bicho malo nunca muere", que dicen. Y sí, es exactamente así. Lo jodido del tema es que aunque la esencia de la rueda sea la misma, la gravedad de los asuntos va in crescendo y lo que antes podía agobiarte durante semanas ahora con un simple manotazo en la sien se puede borrar. Pero aparecen nuevas situaciones, aparecen nuevas historias que me hacen sentirme pequeña, tan pequeña que me gustaría volver a mi casa de antes, ponerme mi pijama de antes y jugar con mis juguetes de antes. </div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-vFPL9H3uShI/VUfKPEJYLlI/AAAAAAAACPs/ofPRHKcRKgA/s1600/mujer%2Banimal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="201" src="http://1.bp.blogspot.com/-vFPL9H3uShI/VUfKPEJYLlI/AAAAAAAACPs/ofPRHKcRKgA/s320/mujer%2Banimal.jpg" width="320" /></a></div>
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Es como si alguien me hubiera puesto un traje enorme, una camiseta y unos pantalones que me van gigantescos y con los que no me puedo ni mover. Cuando estoy quieta me siento cómoda, ese traje es calentito y confortable, pero cuando intento dar un paso con él el traje no deja de moverse, de impedir que continúe recta, tranquila y en paz, él hace que me tropiece, hace que me caiga y hace que desee con todas mis fuerzas arrancarme de un manotazo esas enormes telas y quedarme desnuda, sin ropa y sin nada. Muerta de frío pero tranquila, al fin tranquila. </div>
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Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-32058707726569425022015-04-23T00:28:00.001-07:002015-04-23T00:28:18.772-07:00Yo no quiero ser princesa<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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Cuenta la <b>leyenda que el caballero Sant Jordi</b> rescató a una bella princesa de las garras de un temible dragón. De la sangre de este animal salió una preciosa rosa que Sant Jordi le regaló a la princesa en señal de su verdadero amor. Este es el motivo por el que el <b>23 de abril</b> de cada año, los caballeros les regalan una rosa a las princesas. Pero ¿qué pasa si una no quiere ser princesa? </div>
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Ya que hablamos de una leyenda, una historia ficticia, un simbolismo romántico, ¿por qué no le damos un toque diferente y personal? Así que animo a que cada una de las noprincesas que haya repartidas en el mundo <b>reivindique su propia historia de Sant Jordi</b>, decida qué es lo que quiere ser y cómo quiere que se desarrolle la historia. ¿Queréis que os cuente la mía? Aquí va. </div>
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-BbH7-TrM_n4/VTieSeIVQrI/AAAAAAAACOk/PQhG_C5d5-w/s1600/sant-jordi.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-BbH7-TrM_n4/VTieSeIVQrI/AAAAAAAACOk/PQhG_C5d5-w/s1600/sant-jordi.jpg" height="301" width="400" /></a></div>
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No era ni un país remoto, ni una ciudad encantada, ni un valle misterioso. No. Esta noprincesa estaba, en realidad, en un lugar húmedo, repleto de colores y con un silencio abrumador que invitaba a descansar y a disfrutar de la vida bajo el mar. Sí. La noprincesa era una sirena, una bella mujerpez que vivía bajo el océano y se pasaba su vida nadando junto a otros animales. </div>
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Pero, hubo un día en el que su aleta se quedó encallada con un trozo de metal que se encontraba junto a la playa. A la sirena le encantaba acercarse a la orilla del mar para ver ese efímero momento en el que el agua mostraba sus pies; el romper de las olas eran los pies del agua, el lugar en el que el mar llegaba a su fin, y lo hacía con un oleaje calmado, sereno y blanquecino. Pero aquel día, este momento tan plácido quedo roto por la incursión de un objeto metálico que estaba en el agua. Y la cola de la mujerpez se quedó encallada.</div>
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-Rn3Rlq7ASho/VTie1nEH_jI/AAAAAAAACOs/tPLVPzx3AaQ/s1600/sant%2Bjordi2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-Rn3Rlq7ASho/VTie1nEH_jI/AAAAAAAACOs/tPLVPzx3AaQ/s1600/sant%2Bjordi2.jpg" height="297" width="400" /></a></div>
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Pasaron días y más días sin que la bella sirena pudiera moverse de la playa. Aquel objeto se le incrustó muy adentro y no le dejaba moverse sin sentir un profundo dolor en su cola. Cada día estaba más débil, cada día estaba más cansada, cada día estaba menos esperanzada. Aquella lata que estaba en el mar se le había clavado muy adentro y no la dejaba ni respirar. <i>¿Desde cuándo hay latas en el mar?</i>, se preguntaba la preciosa sirena entre perlas de agua que le caían mejillas abajo. </div>
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Entonces, cuando la mujerpez estaba a punto de darse por vencida, oyó cómo algo chapoteaba en el mar. Abrió los ojos y vio que era una mujerpájaro que venía nadando con una sonrisa en los labios. Sin decir nada, la mujerconalas liberó a la sirena y metió la lata en una bolsa que le colgaba del pico. "Estoy limpiando las aguas de todo el mundo porque las latas no tienen que estar en el mar". Y se fue volando entre las nubes y las estrellas. </div>
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-OeoUMoYE6T8/VTifBqFHNJI/AAAAAAAACO0/3QPtRI6cz7Q/s1600/sant%2Bjordi3.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-OeoUMoYE6T8/VTifBqFHNJI/AAAAAAAACO0/3QPtRI6cz7Q/s1600/sant%2Bjordi3.jpg" height="285" width="400" /></a></div>
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La sirena empezó a mover su dañada cola con cuidado para ver si podía moverla y, entonces, de la sangre que había perdido aquellos días, aparecieron dos preciosas alas blancas, unas alas que, si te las ponías en la espalda, te llevaban de inmediato al azul del cielo. </div>
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Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-28200855548234702162015-04-19T22:54:00.001-07:002015-04-19T22:54:41.199-07:00Y volver<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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Y volver. Volver después de poco tiempo pero volver al fin y al cabo. Solo cuando te marchas, cuando desapareces de tu mapa habitual durante un tiempo, es cuando te das cuenta de que eso sobre lo que hablaba Cortázar es palpable. Mientras el autor perseguía a su perseguidor hablaba de la relatividad del tiempo, del tiempo que se piensa, del tiempo que se vive, del tiempo que se trabaja, del tiempo que se ama. Son tan diferentes entre síes que incluso asusta. Y cuando te vas, cuando te despides temporalmente de tu yo de aquí, es cuando notas cómo ese tictac se vuelve de agua, se escurre entre tus dedos y nada tiene que ver con el otro, el que te despierta cada mañana martilleando los oídos. Absolutamente nada que ver. </div>
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<a href="http://2.bp.blogspot.com/-vTuDyeWip6I/VTSUJetoojI/AAAAAAAACN8/mxFLI8bcrMA/s1600/IMG_0162.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-vTuDyeWip6I/VTSUJetoojI/AAAAAAAACN8/mxFLI8bcrMA/s1600/IMG_0162.JPG" height="300" width="400" /></a></div>
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Y volver. Y volver y ver lo mucho que desaprovechas este tiempo aquí. Mientras allí te emocionabas, caminabas, aprendías, leías o, simplemente, observabas, aquí estás viendo los minutos pasar delante de un ordenador, viendo las horas morir delante de un televisor, viendo sin ver la vida mientras caminas por las calles de tu ciudad como una autómata a la que le han dado una cuerda infinita y que no sabe cuándo va a parar. </div>
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Por eso, después de esta vuelta a casa, después de haber vivido tanto durante tan poco tiempo, después de haberme dado cuenta de la inmensa razón razón inmensa que tenía ese genio argentino, decido que aquí también quiero vivir. Quiero vivir con los ojos abiertos, la mente despierta y mis pies listos para caminar loquehagafalta. Sentir el calor, el frío, la lluvia y el barro en mi cuerpo y dejar de refugiarme tanto entre las cuatro paredes de mi casa. Viajando sin viajar, viajando por mi ciudad, viajando con la gente, tener la mente viajando para sentir que la vida va contigo de la mano. </div>
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<a href="http://2porai.com.br/wp-content/uploads/2014/11/7-Dicas-para-quem-vai-viajar-de-mochil%C3%A3o-pela-primeira-vez.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2porai.com.br/wp-content/uploads/2014/11/7-Dicas-para-quem-vai-viajar-de-mochil%C3%A3o-pela-primeira-vez.jpg" height="280" width="400" /></a></div>
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Y es que, si no se vive así, si no se vive viajando, viajando con los pies, con la mente, con los ojos, si no se hace así, la vida pierde un poco de color, se destiñe y se hace vieja. </div>
</div>
Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-31630808741286932932015-02-28T02:16:00.003-08:002015-02-28T02:16:59.313-08:00Sombras<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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Me miraba al espejo y solo veía negro. No sabía si es que hacía tiempo que mi bombilla se había apagado o que el color de mi piel había mutado. Pero solo veía negro. Salí a la calle, una mañana soleada, y vi que tú también estabas de color negro. Y tú. Y tú también. Y tú. Y tú. Sombras. Nos habíamos convertido en sombras. Nuestra identidad, nuestra presencia y nuestro espíritu se habían esfumado. Bye, bye. Delante nuestro tan solo quedaba el rastro de que alguna vez ahí había habido algo. </div>
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<a href="http://1.bp.blogspot.com/-cH9i6lDw1zg/VPGVM3MlhGI/AAAAAAAABng/3W5NKH5zinI/s1600/sombras.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://1.bp.blogspot.com/-cH9i6lDw1zg/VPGVM3MlhGI/AAAAAAAABng/3W5NKH5zinI/s1600/sombras.jpg" /></a></div>
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Entonces, me desnudé. Ahí, en medio de la calle, como lo estoy haciendo ahora. Camiseta fuera. Sujetador fuera. Pantalones fuera. Bragas fuera. Todo fuera para entrar un poco hacia adentro. Pero no fue fácil. Tuve que quedarme horas ahí quieta, temblando de frío, viendo cómo el mundo había sido invadido por las sombras, hasta que al fin, no sé cuántas horas más tarde, el color empezó a aparecer en mi piel.</div>
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Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-59076603132477871462015-02-23T14:39:00.001-08:002015-02-23T14:40:44.476-08:00Vehículos supersónicos<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
Es como si hubiera diferentes mundos, el de fuera y el de dentro. Pero no solo estos sino, aún más, el de este lado, el del otro, el de arriba, el de abajo. Y muchos más que ahora ni siquiera sé ni dónde están ni qué aspecto tienen. Siempre he pensado que es egocéntrico, ignorante y absurdo creer que estamos solos en este universo, en esta galaxia, en estas estrellas. Y, si creo en la absurdez de este pensamiento, ¿por qué no creer en que también es de idiotas creer que solo hay un mundo, o dos, cuando en realidad lo más probable es que hayan mundos infinitos? </div>
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Y yo solo vivo en uno, en el de fuera y de vez en cuando, en algunos momentos como el de ahora, como el del otro día entre sus brazos o la otra noche tomando una cerveza con mi amiga, hay esos momentos en los que descubro que hay otro mundo, el de dentro. Pero ahí me quedo. Dentrofuera, fueradentro. Son los únicos viajes que hago en esta vida en la que lo único que tendríamos que hacer es viajar, viajar alrededor del mundo y yo me quedo aquí, en una distancia de diez centímetros que incluso me marean. Es absurdo, ¿verdad? </div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/-arb8O2EdiuA/T6K1AMEZsbI/AAAAAAAAAEY/7gC_xTVqHbc/s1600/ps+b.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://2.bp.blogspot.com/-arb8O2EdiuA/T6K1AMEZsbI/AAAAAAAAAEY/7gC_xTVqHbc/s1600/ps+b.jpg" height="255" width="400" /></a></div>
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<div style="text-align: justify;">
Pero ya me he cansado, me he cansado de cansarme de viajar tan poco, me he cansado de estar solo en estos dos mundos cuando hay otros, otros desconocidos que ni siquiera sé qué olor tienen, qué color tienen ni qué bichillos viven por ahí. Por eso voy a cerrar los ojos, voy a meterme dentrofuera de mí y voy a inspeccionar qué hay más allá de esto que veo, que toco y que huelo. Voy a meterme para salirme, como un avión supersónico capaz de atravesar las estrellas. Porque, en el fondo, eso es lo que somos todos nosotros: vehículos muy potentes que se quedan demasiado tiempo aparcados. Y, ya se sabe, cuando un coche está mucho tiempo quieto al final termina por oxidarse. </div>
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Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-18985461763171778132015-01-24T09:52:00.001-08:002015-01-24T09:52:14.148-08:00La hacedora<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
Ver todo y no ver nada. Saber que el cielo es azul pero no recordar el color de mi mirada. Estar siempre ahí, ahí afuera, riendo, hablando, bailando y corriendo pero no estar aquí, nunca estar aquí adentro. ¿Por qué es tan difícil esto de existir? Crees que lo estás haciendo bien, crees que todo corre su curso, crees que tus pasos son firmes, unas huellas perennes que pueden perdurar durante años en el asfalto. Pero de repente te das cuenta de que estás caminando sobre polvo, sobre un insípido y ligero polvo que es incapaz de dejar grabada tu huella. Entonces es cuando quieres mirarte, quieres pensarte y no encuentras casi nada porque el un soplo de aire ha hecho desaparecer el polvo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No sé por qué es tan difícil esto de ser. De ser, de sentir, de pensar y de hacer. Son muchas cosas. Ahora que las escribo me doy cuenta de que casi que es normal que cueste tanto. Ser. Sentir. Pensar. Hacer. Y vivir, faltaba, ¿cómo he podido olvidarlo? Vivir. Es lo esencial y ni siquiera lo recuerdo. Es que, quizás, para mí vivir significa la unión de esas 4 grandes cosas que son tan elocuentes y tan metafóricas a la vez. Y en lugar de intentar compaginar esas cuatro acciones, me centro en una, me centro sólo en una y la exprimo hasta que no le queda ni una gota de jugo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<a href="http://3.bp.blogspot.com/-JtREks0qD6E/UWH5xvcsIDI/AAAAAAAAABc/WBC8bu4uMHM/s9000/23188-0-ilustraciones-de-mujeres-hermosas.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-JtREks0qD6E/UWH5xvcsIDI/AAAAAAAAABc/WBC8bu4uMHM/s9000/23188-0-ilustraciones-de-mujeres-hermosas.jpg" height="320" width="276" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
</div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces, al cabo de los años, voy a por otra, la estrujo, la seco, la mato y a por otra. ¿Qué soy, entonces? ¿Una estranguladora, una asesina? Quizás. Porque cuando me miro, me automiro, me inmiro, me sigo viendo borrosa. Porque solo voy de una en una, ahora soy, ahora siento, ahora pienso y ahora hago. Y si siento, no pienso, y si hago no soy. Y llevo mucho tiempo con el oficio de hacedora y ha llegado el momento de despedirme de este trabajo y dedicarme a otro, ¿no? Dejar de hacer y empezar a pensar. O dejar de hacer y empezar a sentir. O dejar de hacer y empezar a ser. No sé. Me duelen las manos, el cuerpo y los pies de tanto trabajar en este oficio que me martiriza y que sigue sin satisfacerme. Y no me satisface, básicamente, porque había olvidado que en la unión de esas 4 cosas es donde se encuentra (supongo) lo que estoy buscando (aunque ni siquiera sé qué es). ¡Qué difícil, vuelvo a repetir, qué difícil! </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero ha llegado el momento, sí, ha llegado el momento de despedirme del trabajo y de enfocarme hacia nuevos quehaceres (haceres, otra vez). Coger aire, respirar, cerrar los ojos y adentrarme un poco hacia mí misma. Para reencontrarme, reencontrarme no con la mujer que no deja de correr sino con la otra, la que está ahí, sentada junto a la chimenea, con un libro en la mano y esperándome con una taza de café bien caliente. </div>
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<br />
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Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-2037508425420826872015-01-11T04:17:00.000-08:002015-01-11T04:17:48.396-08:00Tela blanca<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
Y eso que a veces sólo hace falta que te mires al espejo, al espejo interior, el espejo ese que tanto cuesta encontrar, para darte cuenta de qué cara tienes. Yo ayer me vi, vi mi cara, vi el color de mi piel, vi el aspecto de mis entrañas y no me reconocí. Es así de sencillo. No me reconocí. Entonces, subí un poco la mirada porque quería verlos a ellos, quería ver a mis dos ojos negros, quería ver su brillo, quería ver su intensidad, su forma, su luz. Y me encontré un trozo de tela blanca sobre ellos. Blanca porque el blanco es capaz de deslumbrar. Blanca porque el blanco es capaz de cegar. Blanca porque el blanco es el color que me vuelve loca, anonadada, algo así como drogada. Alcé mis manos hacia aquella tela blanca blanca tela que cubría mis ojos e intenté quitármela de ahí. No pude. Debería estar pegada, incrustada, con alguno de los fluídos que salen de nuestros cuerpos, sudor, lágrimas, suciedad. Estaba ahí, integrada en mi piel como si fuera una extensión de mi cara, una extensión natural de mí misma. Pero yo sabía que no lo era. Yo sabía que, debajo del blanco, estaba el negro, estaban mis dos ojos negros. Así que saqué las uñas, como una gata, como una leona, saqué unas uñas que tenía ocultas debajo de mi piel y arranqué aquel trozo blanco con arañazos, sangre y heridas que aún supuran abiertas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y ahora me duele. Me duele la cara, me duelen los ojos, me duele la mirada. Me duele pero me da igual. Porque ahora puedo ver qué hay a mi alrededor. Ahora puedo entrar en mi espejo y ver que mis ojos están preparados para captarlo todo, para entenderlo todo, para aprehenderlo todo. Abiertos, listos, preparados. Pero ahora queda lo más complicado, sí, ahora queda ver, entender y aprender. Sin vendas, sin tapujos, sólo con mis ojos negros vacíos de nada y llenos de todo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-_HiOk7mevCU/VLJpbvqu7WI/AAAAAAAAAgI/bZ1P3_ux5WM/s1600/venda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-_HiOk7mevCU/VLJpbvqu7WI/AAAAAAAAAgI/bZ1P3_ux5WM/s1600/venda.jpg" height="176" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-64469688261061654072015-01-05T13:10:00.001-08:002015-01-05T13:10:15.847-08:00Jugando al amor<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
Cada mañana, con la salida del Sol, una sonrisa nueva. Te pones de pie junto a la cama, empiezas a correr por la habitación y te transformas en los animales más dispares de la Tierra. Has sido pingüino, has sido cocodrilo, incluso has sido un pez fuera del agua. Y el motivo de tu transformación es tan sólo uno: conseguir que, como el Sol, amanezcamos cada día brillantes, enérgicos, rebosantes de vida. Y me encanta. Me encanta porque sólo tú eres capaz de hacerme sentir que protagonizo una película romántico-empalagosa pero que tan bien sientan protagonizar, aunque sólo sea a ratitos en la vida real. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No sé. Quizás son detalles tontos los que me hacen sentirme así. La manera que tienes de abrazarme, estrujarme fuerte para conseguir abrirnos y colarnos adentro, ¿te acuerdas? Mitigo, te dije una vez. Mitigo sigues diciéndome ahora. <span style="text-align: left;">Por mucho que pase el tiempo, siempre guardamos ese ratito, ese momento en el que alzamos las manos, nos miramos desde la puerta y empezamos a trotar como caballos por la casa hasta llegar a la cama, siempre la cama, nuestro sitio favorito de todos, nuestra cueva mágica. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y fue algo tan sencillo, algo tan fácil como cambiar nuestro tono de voz, mirarnos con ojos de niños y querernos, querernos mucho, querernos tanto que por encima nuestro pueden caer rayos, huracanes y fuertes tormentas pero nuestras bocas nunca dejarán de sacar esa voz, esa vocecita que sale de tan adentro, de tan lejos y tan cerca a la vez, una voz que yo, al menos, creía más que perdida y ahora, gracias a ti juego con ella, juego contigo, juego con tu yo de hace años y juego con mi yo de hace años. Y juntos jugamos a ese algo que se llama amor y que, con solo la voz de adultos, no sabemos cómo jugar. Pero si mezclamos las dos voces, la de ahora y la de ayer, conseguimos vivir el amor, esa palabra tan elocuente, de una manera inocente, de una manera divertida, de una manera que es capaz de hacer aparecer animales como pingüinos o cocodrilos en una habitación de Barcelona. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-HK-ILUpmYd4/VKr9qWT3A_I/AAAAAAAAAf0/m9UpwppnDAA/s1600/lovers.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-HK-ILUpmYd4/VKr9qWT3A_I/AAAAAAAAAf0/m9UpwppnDAA/s1600/lovers.jpg" height="320" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-15913820956640703052014-12-30T10:41:00.002-08:002014-12-30T10:46:53.569-08:00maripájaro<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Y esas mariposas que a veces te corren por el cuerpo sin saber por qué. Y no hablo de amor, no, hablo de emociones, hablo de sentimientos, hablo de, simplemente, la ilusión de estar aquí, de tocar el aire, de beber agua fría y de acariciar a un gato. Es simplemento eso, las pequeñas cosas de cada día las que consiguen que me aparezcan esas dichosas mariposas en el cuerpo. ¿Por qué mariposas? No lo sé, la verdad que a mí siempre me han dado un poco de asco las mariposas, siempre he creído que eran gusanos con alas y antenas. Así que, voy a cambiar la expresión: en lugar de mariposas voladoras, hablaré de pájaros, sí, los pájaros que se cuelan por tu boca cada vez que ríes y que salen hacia afuera cada vez que lloras. Esos pájaros que recorren gota a gota tu sangre, que te hacen cosquillas cuando corres y que sientes su aleteo, su aleteo fuerte, cuando algo te emociona. Una tormenta, una mirada, una palabra. Somos susceptibles al aleteo de nuestro pájaro aunque haya gente que lo tenga encerrado en una jaula interior, una jaula de arterias, huesos y tendones. El pájaro debe volar, mover las alas y volar alrededor del mundo. Eso es lo que debe hacer un pájaro. Y mi pájaro lo hace, lo hace tanto que incluso, durmiendo, puedo notar cómo sus alas acarician mis pestañas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mi pájaro se mueve cada día más, eso me gusta. Hace un tiempo estaba inmóvil, creía que estaba muerto. No había nada, apenas nada, que fueran motivo para que él se pusiera a mover las alas. No sé qué es lo que fue. Puede que fuera la tormenta que había siempre sobre mi cabeza, la hormiguita que siempre se movía en mi nariz o mi cabeza que estaba vacía de pensamientos. No sé qué fue. Pero sé que eso pasó, eso pasó porque él, un día, movió las alas. Quizás yo me encontraba sobre un escenario o quizás me encontraba, simplemente, en los brazos de mi madre viendo una película. No sé qué es lo que lo ocasionó pero le apeteció volver a agitar las alas. Y me recordó el placer que me llegaba a dar ese aleteo, esas caricias internas que sólo un pájaro puede hacer. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y ahora no para. Mi pájaro no para. No hace falta que ocurra nada emocionante, no hace falta que alguien se case, que alguien me diga que me quiere o que vea un precioso atardecer. Ahora él vuela todo el día, por lo que sea, vuela por un sabor dulce en mi boca, por un olor que me recuerda a mi pueblo, por un recuerdo bonito que aparece, así, de repente, en mi memoria. Y eso es bonito. Ver que he sido capaz de curar a mi pájaro es de lo más bonito.<br />
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://4.bp.blogspot.com/-hWM0GXNTYls/VKLxt1a8FGI/AAAAAAAAAfU/txCNliNrhTA/s1600/pajaro.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-hWM0GXNTYls/VKLxt1a8FGI/AAAAAAAAAfU/txCNliNrhTA/s1600/pajaro.jpg" /></a></div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-20516153111518380922014-12-23T11:49:00.000-08:002014-12-23T11:49:08.944-08:00Delante del espejo<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD">¿Sabes
qué pasa? Que parece que cuando te miras al espejo, cara a cara, ojos a ojos,
es cuando menos ves de ti misma. Y la verdad es que no lo entiendo. No entiendo
por qué si me miro no puedo ver lo que soy, aquella que anda por la calle,
aquella que está todo el día dándole que te pego a la cabeza. </span><span lang="ES-TRAD">Cuando me
encuentro con esos puntos marrones, esos círculos extraños que me miran con
aspecto de interrogante es cuando menos me veo y más raro y absurdo me parece
todo. Entonces llega esa parte de mí, de hace tantos y tantos años, que llama a
la puerta de mi conciencia y me pregunta ¿me dejas salir? </span></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Y me mareo un poco, sólo
lo justo para poder abrir la puerta y que ella, mi niña, salga afuera y me dé
un par de ostias que me muevan desde las pupilas hasta las entrañas. No sé qué
espero cada vez que me miro al espejo, no sé qué espero cada vez que me siento
frente a una hoja en blanco, no sé qué espero examinando siempre mi conciencia.
Sólo sé que lo único que quiero es que esa niña que a veces sale en mi búsqueda
siga conmigo para siempre. Porque me equilibra. Me escupe mi naturaleza más
profunda. Y se ríe de mí en mi cara, a carcajada limpia. </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
¿Y qué esperabas?
Parece que me diga. Pues no lo sé, algo más que este temblor eterno en mi
cuerpo. Respondo yo cada vez más y más pequeña. Ella, la niña, está firme como
una roca. Yo, la mujer, tiemblo al mirarla cara a cara, ojos a ojos. Qué estúpido
es esto de hacerse mayor, ¿no? </div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://3.bp.blogspot.com/-yHOsPyNuJ4Q/VJnHEmJbUvI/AAAAAAAAAe8/DKJp8-oPJSk/s1600/nil%C3%B1a.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-yHOsPyNuJ4Q/VJnHEmJbUvI/AAAAAAAAAe8/DKJp8-oPJSk/s1600/nil%C3%B1a.jpg" height="320" width="319" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-77699042551919477522014-03-22T01:31:00.001-07:002014-03-22T01:31:46.989-07:00Volver<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div style="text-align: justify;">
Vuelvo. Es curioso lo fácil que podemos dar una vuelta y desaparecer. Parece que estemos en un río con mucha mucha mucha mucha corriente y nos arrastre día a día, hora a hora, minuto a minuto, hacia nuestro destino, si es que hay destino. No sé. Ahora abro los ojos y me doy cuenta de que me había quedado un poco atrás, allá arriba, donde el agua aún está mansa, tranquila y apetece mojar las puntas de los pies. Pero mi cuerpo estaba lejos, muy lejos, casi en la otra punta del movido río que me había hecho bajar muy rápido, demasiado. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y ahora es como, si de repente, me doy cuenta de lo separada que llego a estar. Y no quiero. Quiero estar allí arriba, con mi yo más yo y nadar contracorriente por este río de aguas caudalosas. Lo conseguiré. Lo conseguiré porque aunque vivamos en un mundo en el que la corriente te obliga a moverte sin tener tiempo, siquiera, a pensar, yo he encontrado un segundo para pensar. Y en ese segundo ha sido cuando me he dado cuenta que estaba separada y que tenía que volver hacia atrás. Y ahora es lo que hago. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A contracorriente para buscar esa parte de mí que aún no había encontrado las fuertes aguas. A contracorriente para sentarme sobre una piedra, mirar los peces nadar y dejar que el sol me caliente la cabeza. A contracorriente porque necesito estar junta otra vez. A contracorriente porque quiero mirar el río y saber que puedo luchar contra él. </div>
</div>
Elia TGhttp://www.blogger.com/profile/06570698089820085113noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-80079511503673663942013-10-03T07:47:00.000-07:002013-10-03T07:47:01.125-07:00Soleado<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y hacía tiempo que no escribía. Para mí, digo. Escribir, sí que escribo; de hecho, no paro de hacerlo. Pero escribir para escribirme hacía tiempo, mucho tiempo. No sé, todo va rápido, muy rápido. De repente me siento llena de burbujas de fresa a punto de explotar en un mundo de sabores y, en un abrir y cerrar de ojos, las fresas se han vuelto amargas y me pica mucho la lengua. Tampoco quiero tanto. No quiero que mi mundo sea una gigante fresa. No quiero que lo que hay en mi alrededor esté teñido de colores brillantes, colores que sólo hay en las películas de dibujos animados. No, no quiero eso.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Quiero el color de los rayos del sol sobre mis pupilas, sólo quiero eso. Tranquilo. Quieto. Suave. Placentero. Un color que sé con certeza que, cada mañana, estará ahí, conmigo. Hay días que llueve y, en esos días, ese color se apaga un poco, pero sólo un poco, y eso también es bueno. Pero son sólo algunos días. La mayoría del tiempo el sol, mi gran y bello sol, está ahí, conmigo, mostrándome ese color tan bonito del mundo que tanto me gusta. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No pido fresas. No pido colores de arco-iris. Sólo quiero a ese sol acariciando mi pelo cada día mientras me despierto entre las sábanas y saludo al nuevo día. Eso es sólo lo que quiero. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://lacomunidad.elpais.com/blogfiles/shanticol2/sol.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="http://lacomunidad.elpais.com/blogfiles/shanticol2/sol.jpg" width="302" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-86645271559625331512013-06-05T07:25:00.002-07:002013-06-05T07:25:59.931-07:00VentanasEl aire de la ventana abierta de mi habitación cerrada entró por mi nariz, entró por mis orejas, entró por mi boca. Entró y bajó, bajó por todo el cuerpo, provocó un remolino de aire, agua, intestinos y sangre que me hizo vomitar. Lo saqué todo, todotodotodo, y volví a respirar. El aire entraba y salía y, cada día, el huracán se adueñaba de mis tripas. Cada día el vómito era menos. El dolor de barriga se convertía en unas cosquillas. El huracán se transformaba en una brisa de verano. Entonces fue cuando las oí. Las olas. Las olas de mi mar estaban quietas, tranquilas, calladas. Pero estaban ahí. Seguramente fue ese aire que iba entrando en mi cuerpo. El aire se convierte en vapor. El vapor se convierte en nube. La nube se convierte en lluvia. La lluvia es agua. Agua. Mar. Y mis olas que vuelven a estar conmigo, donde tienen que estar. <br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://www.capitanseo.es/wp-content/uploads/2012/06/accesibilidad-web-ventana-abierta-618x555.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="287" src="http://www.capitanseo.es/wp-content/uploads/2012/06/accesibilidad-web-ventana-abierta-618x555.jpg" width="320" /></a></div>
<br />aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-79687347328879814102013-04-26T01:12:00.001-07:002013-04-26T01:12:14.471-07:00"Poquito a poco"Y sí, estoy aquí con la boca enorme, los brazos de plumas y los ojos rojos, rojosdecosasrojas, rojosdecosasrojasgrandesybonitas. No sé, me gusta el ahora, este ahora me hace sentir las mismas cosas que siento aquellos días nublados en los que me acerco a la playa, a la solitaria playa vacía de voces, vacía de gente, vacía de humanidad. Esos días en los que la playa está llena de ella. Ahí, cuando me acerco a mirarla, casi pidiendo permiso para poder sentarme sobre la arena, es cuando empiezan a surgirme esas cosas en la barriga, esas cosas que ahora mismo también tengo. Es la única manera en la que se me ocurre explicar mi "ahora". Y me gusta. Me gusta mucho que sea así. <br />
<br />
Corro, sudo, me río, me canso, juego, duermo, como, aprendo, aprendo de mí, aprendo de él, paseo, pienso, escribo, creo, camino.... Sí, al final todo se reduce a eso: caminar. Caminar hacia algún sitio, caminar con algún sentido y dejar de dar vueltasymásvueltas sobre mí misma como una peonza absurda, fea y vieja. "Es mejor caminar para ir creciendo" recuerdo ahora y me acuerdo que cuando antes oía esta frase, la odiaba, "El paseo en sí también es bonito", pensaba, "No hace falta siempre sacar un resultado de todo lo que haces", me repetía. Ahora entiendo. Es mejor caminar pa' ir creciendo. Claro que lo es. Mucho mejor. Y no sólo para ir creciendo, no: es mejor caminar para ir viviendo. Si no caminas, no vives. Y yo ahora podría caminar el Everest. Lo juro. <br />
<br />
<iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/q1OqrXK-Fws" width="560"></iframe>aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-34093650836795326752013-04-18T10:31:00.001-07:002013-04-18T10:31:35.331-07:00Ridiculeces<br />
Llevo tiempo callada. Llevo tiempo con una falsa sonrisa sobre la cara. Me he convertido en una mujer adulta, en esposa y en madre. Y, ahora, sentada aquí, me siento más pequeña que nunca, más pequeña incluso que cuando saltaba por la ventana para encontrarme con mi unicornio. Sé que nunca me creíste, sé que querías hacerlo, lo sé de verdad, pero no podías creerme. Incluso ahora sé que no lo haces. Debe sorprenderte que, pese a los años que han pasado, continúe aquí, sentada ante el bosque, asegurando que los unicornios existen. Parece ridículo, lo sé, me veo en tus ojos igual que me vi en los ojos de nuestros padres. Y me sentí ridícula, durante toda mi adolescencia y juventud me sentí ridícula. Pero ahora, vuelvo a estar aquí, me veo, os veo y sé que los ridículos sois vosotros.<br />
<br />
Entonces,
Lara,
mi hermana Lara,
comenzó a caminar hacia el bosque.
Caminó,
Caminó
y caminó.
Y la seguí.
Esta vez
la seguí sin miedo,
la seguí sin tener frío
y sin que mi pulso temblara.
La seguí hasta las entrañas del bosque.
Hasta que se sentó en el suelo
y cerró los ojos.
Me senté en el suelo
y cerré los ojos.
Cuando los abrí,
Lara,
mi loca hermana Lara,
estaba subida sobre los lomos de un
precioso
unicornio
blanco.
aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-21191867867665964732013-01-29T05:40:00.004-08:002013-01-29T05:40:54.737-08:00MitigoTe abrazo. <br />Te abrazo fuerte. <br />Te estrujo entre mis brazos, <br />entre mis dedos, <br />entre mis piernas, <br />entre mis cabellos. <br /><br />Te abrazo.<br />Te abrazo hasta que me duelen las extremidades. <br />Te abrazo porque quiero que estés aquí, <br />pegado junto a mi pecho, <br />compartiendo latidos, <br />e intentando que el pumpum, <br />el maldito pumpum<br />sea tan sólo uno. <br />El nuestro.<br /><br /><br />Te abrazo.<br />Te abrazo más y más y más y más <br />y nos ponemos rojos, <br />morados, <br />azules de tanta fuerza, <br />de tanta pasión. <br /><br />Pero no es suficiente. <br /><br />Por mucho que te abrace fuertefuerte<br />tú sigues allí, <br />afuera, <br />despegado de mí.<br />Por mucho que me empeñe en untarnos con pegamento <br />o juntarnos tanto que salgan morados de nuestra piel,<br />nuestros cuerpos se convierten en la barrera física de nuestro amor. <br />Y yo te quiero conmigo. <br />Con-migo. <br />Con-tigo. <br />Mitigo. <br /><br />Por eso <br />tengo este cuchillo entre mis delicadas manos. <br />Un cuchillo precioso,<br />frío <br />y pequeño <br />que tiene grabadas tus iniciales. <br />Un cuchillo <br />impresionantemente bello <br />que he puesto sobre tu piel, <br />tu preciosa piel, <br />y he clavado con cuidado, <br />muy pero que muy despacio, <br />hasta que la sangre ha empezado a brotar de tu cuerpo. <br /><br />Entonces, <br />cuando tu pecho estaba ya abierto, <br />abierto a mí, <br />has cogido ese cuchillo <br />lleno de tu rojo <br />y lo has posado sobre mi ombligo. <br />Me has hecho cosquillas. <br />Muchas cosquillas. <br /><br />Ahora, <br />una vez así, <br />yo abierta <br />y tú abierto, <br />hemos juntado nuestros cuerpos, <br />despacio, <br />hemos fundido tu sangre con mi sangre, <br />hemos unido tu corazón con el mío <br />y hemos conseguido que el ensordecedor pumpum fuera, <br />por fin, <br />el de uno solo. <br /><br /><br /><br /><br /><br /><br />aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-36856913170509918912013-01-15T07:28:00.002-08:002013-01-15T07:28:31.429-08:00MañanaHoy he soñado con el mañana. Con ese mañana en el que estaremos juntos, sobre tierra, nieve o agua. Ese mañana que empieza a dibujarse con una forma cada vez más definida, que tiene color, que empieza a oler y a hacer un leve sonido. Y me gusta. Me gusta haber visto hoy ese mañana. Aunque sólo sea un poquito.<br />
<br />
¿Te acuerdas cuándo me dijiste que tenías los pies de barro? Aquella noche te los miré y los vi de barro. No eran imaginaciones. Eran de barro. Me fui andando a mi casa pensando en tus pies de barro, dándole vueltas y más vueltas a la cabeza para intentar descubrir el método para endurecerlos, para que tu barro se convirtiera en hierro o cemento o algún material duro, fuerte e irrompible. Y justo antes de entrar en casa vi que las huellas de barro me habían seguido hasta mis suelas. Pies de barro. Tú y yo. Pies de barro.<br />
<br />
Y hoy he soñado con mañana. He visto el color blanco de la tapicería, he visto el mapa gigante que ocupará nuestras manos, he visto el color de las cortinas. Te he visto a ti. Y a mí. Y al mundo entero abierto a nuestros ojos. Sé que este no es motivo suficiente para creer que nuestros pies ya no son de barro. Quizás sí, quizás no. Por lo menos, ahora no gotean, no dejan el rastro asqueroso que dejaron aquella noche en el camino a mi casa. Quizás nuestros pies siguen siendo blandos, quizás con una lluvia intensa vuelva a aparecer el barro ante nuestra atónita mirada. Pero ¿qué más da? Sean de barro, sean de agua, sean de azúcar o de sal, nuestros pies nos acompañarán en nuestro mañana. En nuestro mañana juntos que he vivido como si fuera hoy.
aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-64733761795595921252013-01-11T00:48:00.000-08:002013-01-11T00:57:19.628-08:00Cara a caraY me miro al espejo y la imagen que me devuelve es la de un "yo" borroso. Hay gestos, rasgos en mi piel, en mi mirada e, incluso, en mi pelo, que no reconozco como míos. No sé en qué momento esa peca me salió, en qué momento se me oscureció la pupila, en qué momento mis dedos se convirtieron en garras. La verdad es que me miro y me doy entre pena y asco. Siento que con estas manos de monstruo que ahora tengo soy capaz de arañar pieles de un modo involuntario. Y no quiero arañar pieles. No quiero sangre. No quiero llantos ni gritos ni vacíos en el pecho que lleguen a marear.<br /><br />Me miro y no entiendo en qué momento he convertido mi piel, antes suave, en algo áspero, en lija, en una superficie casi de piedra. Yo, que tanto me había prometido a mí misma que nadie me cambiaría, que nadie sería capaz de borrar las estrellas fugaces que salían de mis ojos, que nadie podría herir mis pies preparados para correr, preparados para alzar el vuelo. Yo, que me había prometido todo esto me encuentro ahora conmigo misma, con mi absurdo reflejo del espejo y veo que doy pena. Doy pena porque me he fallado a mí misma. He roto una promesa que no debería haber roto. La he roto y, yo misma, me he llevado por un camino en el que hay miedos, hay temblores, hay inseguridades y, sobre todo, un sitio que está cerrado, muy cerrado, tan cerrado que el aire casi ni pasa para darme oxígeno.<br /><br />Quiero abrir la puerta. Pero, para hacerlo, primero debo hacer las paces conmigo misma. Debo perdonarme el haber roto la promesa, mi promesa. Debo dejar que la vida, "la gran vida", me enseñe pero no me destroce, me haga marcas pero que cicatricen, me dé un empujón pero no me baje a los infiernos. Y para eso debo perdonarme. Cuando me perdone, cuando me reconcilie con mi reflejo del espejo, estaremos las dos unidas, fuertes para seguir adelante aunque llueva, venga un huracán o un mundo de confeti estalle en nuestras cabezas.<br /><br />Y, ¿sabes qué? Estoy preparada. Estoy preparada para mirarme al espejo y perdonarme. Estoy preparada para abrir las ventanas y dejar que el aire, el sol y el amor entre por mis venas. Sí, lo estoy. aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-62004596179337406462012-12-14T05:10:00.003-08:002012-12-14T05:10:56.380-08:00Super glue"Coge por ahí", "¿Por dónde?", "Por ahí, por ese extremo que cuelga de ahí", "Ah, vale, ya lo veo", "Ahora ponle por encima el pegamento y pásalo por mi cintura", "A ver, ¿así está bien?", "Aprieta un poco más fuerte", "¿Más?", "Así está bien". Se cogieron de la mano y abrieron la puerta.<br />
<br />
Estaban atados, atados fuerte con un pegamento que ellos mismos habían fabricado, un pegamento que olía a nubes y que conseguía mantenerles unidos aunque lloviera, nevara o un tornado pasara por sus cuerpos. Daba igual, ese pegamento era muy fuerte, tan fuerte que era capaz de unirles y que esa unión fuera tan fácil como beber un vaso de agua cuando se tiene sed.<br />
<br />
Salieron a la calle, una vez más, un sol más, un invierno más, como lo llevaban haciendo años. Pero ahora era diferente, era diferente porque ahora era cuando ellos se habían dado cuenta de que eran capaces de fabricar un pegamento mágico y que, con ese pegamento, eran indestructibles. Indestructibles.<br />
aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-62137327042440373172012-12-13T04:43:00.001-08:002012-12-13T04:43:11.770-08:00Rodeada de agua.<div class="padbot5">
Y poco a poco vuelvo a sentirme tranquila, vuelvo a sentirme calmada, mansa como está el agua en esta época del año. El otro día fui a dar un paseo por la playa. Me encanta ir a verla ahora, cuando la gente no la quiere, cuando puedes escuchar sus olas sin el estridente ruido de la gente, cuando puedes oír su latido y dejarte llevar por él, en silencio, porque no hay nada que decir, muchas veces no lo hay y siempre queremos hablaryhablaryhablar para no escuchar aquello que habla en silencio.</div>
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<br /></div>
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Ahora ya no quiero hablaryhablar. No. Ahora quiero escuchar. Escuchar el mar, escuchar a los pájaros, escuchar a las montañas. Escucharme a mí, en silencio, y escucharle a él, en silencio. Porque estoy aprendiendo que la comunicación existe más con los labios cerrados que con la lengua en movimiento. Hablar sin hablar. Hablar sin articular sonido. Hablar con esa otra parte de nosotros que está pero que no está, que no se ve pero que, si la buscas, aparece de repente golpeando tu reflejo en cualquier escaparate de la ciudad.</div>
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<br /></div>
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El otro día, frente a la playa, sentí que cada vez volvía a ser más agua. Pocoapoco. Voy apartándome del caluroso fuego y la pureza del mar vuelve a impregnarse en mi piel. Pero quiero que sea despacio, las metamorfosis siempre funcionan mejor si se hacen de un modo progresivo, la brusquedad nunca ha ido conmigo, El agua y yo haremos las paces así, sin prisas, de un modo dulce, calmado, como si fuéramos música o sexo o un beso perdido en el aire.</div>
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Por el momento, noto cómo mis dedos van tocando agua y más agua y están envidiosos del agua que tocan y quieren ser ellos también agua. "Despacio", les digo antes de ir a dormir. Pero creo que no quieren ir despacio y cada día me levanto con las manos más suaves, con el pelo más largo y con los pies más planos. Creo que dentro de poco me saldrá la cola de sirena. Y esta velocidad tan veloz es por el agua que me envuelve, un agua tan pura, tan fresca y tan bella a la que soy incapaz de resistirme. </div>
aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-11652123030510049912012-11-08T09:56:00.002-08:002012-11-08T09:56:35.326-08:00Restaurador<br />
Y te has metido hondo, muy hondo, tan hondo que parecía que surcabas ese barquito pequeño y destartalado que se había perdido en mi mar. Y ¿sabes qué? Creo que lo has encontrado. De hecho, creo que ya lo habías encontrado hace tiempo y yo creía que él seguía por allí flotando a la deriva, sin rumbo ni destino prefijado. Pero no. Tú ya lo tenías contigo y lo estabas arreglando con besos, caricias y sonrisas llenas de girasoles.<br />
<br />
"He entrado dentro", me has dicho justo después de. Me lo has dicho porque no sabías si me había dado cuenta, no sabías si la manera que has tenido de entrar me había hecho daño, molestado o gustado. He adivinado un interrogante en tu pupila mientras me decías esas palabras. "Lo sé", te he dicho y he apretado los dedos de tu mano. Si quieres que te sea sincera, en ese momento estaba descubriendo todo eso del barco, estaba descubriéndote en mí, estaba viéndote como un restaurador de muebles, de muebles acuáticos capaces de desafiar las reglas del mundo, y no sabía qué cara poner, qué decir ni qué sentir. Sólo quería apretarte fuertefuertfuerte la mano.<br />
<br />
Y ahora. Ahora te recuerdo en mí. Ahora recuerdo la manera que has tenido de buscar en mi interior, de acariciar mis entrañas, con un paso lento, pausado, tan y tan a poco a poco que pensaba que me moría de placer. Y yo, ante tu pureza, ante ese nózaroc con las ventanas tan abiertas, no he sabido hacer nada. Absurdamente nada. Y ahora, ahora lo entiendo todo. Esta noche has creado una sinfonía, la sinfonía de tu cuerpo y el mío.<br />
aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-86577249603840609092012-11-08T04:33:00.001-08:002012-11-08T04:33:43.559-08:00Verde<b id="internal-source-marker_0.968891937751323" style="font-weight: normal;"></b><br />
<div dir="ltr" style="margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;">
<b id="internal-source-marker_0.968891937751323" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Verde, verde, verde. Todo se tiñe de verde. Verde esperanza ¿quizás? Verde mierda, más bien. Pero me siento bien. Aquí, en este mundo coloreado de verde, me siento bien. No pienso en futuro, pasado ni presente. Estoy aquí y da igual lo que eso signifique o deje de significar. A medida que avanzo por el suelo, éste se pinta de color verde. ¿Estaré contaminada? Una baldosa, dos baldosas, tres baldosas. Verde. Soy capaz de pintar el mundo de este color que no sé si es bueno, malo, si huele bien, o mal, si me augura una buena vida, o mala. </span></b></div>
<b id="internal-source-marker_0.968891937751323" style="font-weight: normal;"><span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span><br /><div dir="ltr" style="margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Pero he dado un paso, un paso en falso, un paso que ha hecho tambalear mi cuerpo. Y me he caído al suelo de baldosas que, de repente, se ha convertido en una manta negra, oscura y fría. Miro a mi alrededor y veo que la oscuridad se ha convertido en el color de las paredes antes verdes. Ando, ando, ando, ando, ando, desesperada, ando para intentar recuperar ese verde que ya no existe y no tengo ni idea de dónde ha ido a parar. ¡Verde!, ¿dónde estás? Pero el silencio invade el espacio oscuro en el que ahora me encuentro. Y el frío cada vez es mayor y tiemblo, tiemblo, tiemblo, esperando a que venga alguien, noséquién, a taparme con una manta que sea de cualquier color menos negro. </span></div>
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span><br /><div dir="ltr" style="margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Me tiro al suelo. Noquieroestarsolanoquieroestarsolanoquieroestarsola. Cierro los ojos. Noquieroestarsolanoquieroestarsolanoquieroestarsola. Empiezo a llorar. Noquieroestarsolanoquieroestarsolanoquieroestarsola. Silencio. Oigo mi respiración agitada. Saco la lengua y saboreo el gusto de mis lágrimas. No son saladas. Son dulces. El sabor salado nunca me ha gustado y, en este mundo, puedo hacer que lo salado sea dulce. Así, sin más. Porque sí. Porque este mundo es mío. Completamente mío. </span></div>
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span><br /><div dir="ltr" style="margin-bottom: 0pt; margin-top: 0pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Abro los ojos y me encuentro con que el mundo ya no es negro. El color verde vuelve a aparecer sigilosamente, como si fuera un niño pequeño arrepentido de haberse ido. Sonrío. Sonrío porque veo que soy fuerte. Sonrío porque veo que, aunque el negro me ataque, soy más fuerte que él. Y para combatirlo, sólo tengo que recordarlo. </span></div>
<div>
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /></span></div>
<span style="font-family: Arial; font-size: 15px; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"></span></b>aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-7887807561995988739.post-52265122510790253862012-09-17T08:12:00.004-07:002012-09-17T08:13:03.161-07:00La noria¿Sabes cuándo estás en una noria y, tras vueltas y vueltas, estás mareada y a punto de vomitar? Pues así, exactamente así es como estoy yo ahora. Pero el mareo me está gustando. Hacía tiempo que estaba caminando recta, ¿sabes? como en una línea pintada en el suelo con una tiza imborrable. Iba recta. Sin moverme ni un milímetro. Recta, por el camino marcado. Pero, ¿marcado por quién, a ver, por quién? Porque yo no recuerdo haberlo marcado. No, no lo recuerdo. Y mi paso era cada vez más erguido, cada vez más firme, comodesoldado, y en dirección a una meta, una meta que ahora veo que no era ni meta, ni llegada, ni salida ni nadadenada. Era, simplemente un vueltaamepezar.<br />
<br />
Y ahora, ahora estoy aquí, fuera de mi línea blanca, subida sobre la noria que da vueltas y más vueltas y más vueltas. Y me gusta. Me gusta porque hay días en los que siento que puedo tocar el cielo, aunque después no lo toque, ¿qué más da? siento que puedo y eso es más que suficiente. Hay días en los que el cielo huele bien, en los que el sol calienta mis pestañas y mi nózaroc está suave, limpio, bello y lleno de agua. Lo malo de las norias es que suben y vuelven a bajar y vuelven a subir y vuelven a bajar. Lo hace con un ritmo tranquilo, la bajada no es en picado y mis nervios no se disparan, pero hay bajadas y hay días en los que me acerco a la tierra y reconozco mi línea aún marcada en el suelo que me llama, que me reclama y me grita. Y me cuesta ignorarla, me cuesta y quiero acercarme pero, entonces, vuelvo a subir y me río, y me miras, y me besas, y me haces gritar, reír, llorar de placer.<br />
<br />
Pero vuelvo a bajar. Vuelvo a bajar y sigo viendo la línea blanca allí. Quieta. Inmóvil. Y la meta que no es meta pero que parece meta vuelve a aparecer bajo la neblina. Y entonces pienso, ¿voy o me quedo? ¿Voy o me quedo? Pero vuelvo a subir y la noria vuelve a tirarme al cielo, a las nubes, a las estrellas y la meta se desdibuja y yo ya no sé qué hacer para bajar de esta noria que me gusta y me disgusta y me hace reír y me hace llorar y me da placer y me mata de dolor. aileahttp://www.blogger.com/profile/15523535293251423677noreply@blogger.com0